dulce dolor






Coloco su sexo contra la abertura y dijo tiernamente:
-¿Te duele? No quiero empujar si te hace daño.
Semejante delicadeza conmovió a Viviane. -Duele un poquito-repuso-, pero inténtalo.
Avanzó solo un centímetro.
-¿Duele? Se ofreció a retirarse.
Viviane tuvo que presionarle:
-Solo la punta, prueba otra vez. La punta solo se introdujo dos o tres centímetros y se detuvo.
Viviane tuvo tiempo para sentir su presencia; el tiempo que no le concedían otros hombres.
Entre cada pequeñísimo avance en su interior, podía darse cuenta de lo placentera que resultaba la presencia del pene entre sus suaves paredes de carne, de lo bien que se ajustaba, ni demasiado prieto, ni demasiado suelto.
El vasco esperó de nuevo y avanzó un poco mas. Viviane pudo sentir lo bueno que era ser penetrada, lo bien que le sentaba a la grieta femenina tener algo que sostener y retener.
El placer de sujetar algo allí, de intercambiar calor, de intercambiar dos humedades.



Anaïs Nin



Estallido








Tu pubis

animal ondulante
frenético

ahoga mis gritos
cuando tu deseo

estalla en mi boca



D

Photo: Eric Bonzi
Thanks ..



íntima






mis desafiantes pechos
el azaroso triángulo de mi pubis
aguardan
tu boca una vez más
bebiendo sedienta
hasta el infinito

mi ofrenda
de agua.





ilegal








Siempre daba la impresión que su único propósito era enriquecer el presente con todo lo que se le presentaba en su camino. Era evidente, y todos aquellos que la conocieron tanto o mejor que yo están de acuerdo sobre este punto, que los decretos, los principios, los reglamentos y los preceptos, puestos uno detrás de otro, que constituyen lo que se llama la ley, no tenían demasiado sentido para Margot, como tampoco acapararían un solo instante de su vida.





No recuerdo dónde encontré este fragmento.


extreme








Voy a multiplicar los motivos
para caer en tus brazos
al trasluz
tras la luz
arqueando límites.


Embriaguez
que me provoca
el humo del jazz
si mis pies se hunden
en el agua de tu boca.


Nocturna
febril
pez rojo
eso soy
cuando derramas tu vino
entre mis piernas.