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Ya no soporto tu ausencia
ni seguir imaginando
tus aromas
tus movimientos
tu deseo
Entregate,
tus labios o los míos
es lo mismo
dámelos , te los doy
no digas nada
tus ojos te delatan
hiere mi labio
bebe mi semen
lame mi sexo
traga mi sangre
mira mis ojos
incendiame
Voy a multiplicar los motivos
para caer en tus brazos
al trasluz
tras la luz
arqueando límites.
Embriaguez
que me provoca
el humo del jazz
si mis pies se hunden
en el agua de tu boca.
Nocturna
febril
pez rojo
eso soy
cuando derramas tu vino
entre mis piernas.
D
Fundidos en el placer
todo se borra,
y sobre el lecho, entre
los deshojados jacintos
de las rotas guirnaldas
-con que nos adornamos
para el íntimo festejo-
sólo sé
que soy llama
encendida en tu aliento.