Doblegada







Penétrame,
con la misma desesperación
con que caen los objetos
hacia el centro de la nada.

Hazme tuya, amor,
con toda tu oscuridad.



Blasfema







Soy tu tierra y tu deseo en cruz.
Me abro a tu lascivia de pastizales y desiertos.
En la posesión y el hastío.
En el goce y en el asco de tus barros y tus heces.
Hembra de tu hembra en el sol de cada boca
y en la oscuridad del ano sagrado.
Raíz de tus mil vergas para todos los cielos vaginales.
Pezón saboreado en el humus más perfecto
del orgasmo polisémico y vegetal.





Sostenedora de tus perras alzadas
y tus fuentes inagotables de leches negras.
Sabedora de cada rincón de tu orografía circular.
Porque todo regresa a mi ombligo de puta alada.
Y siempre pagas doble por mis ojos vendados
y mis agujeros incondicionales.
Hunde tus despojos en mi sexo
y clava tu estaca en mi corazón agrietado.




Sin ver








Al oír la música
se queda inmóvil
como una cierva encantada
las amigas le han traído
noticias de su amante
escucha sin perder detalle
pero vuelve a preguntar
sueña sin estar dormida
y puede decirse que el amor
alimentó en ella
su más pequeña planta.



Anónimo de la Antigua India.