Soy tu tierra y tu deseo en cruz. Me abro a tu lascivia de pastizales y desiertos. En la posesión y el hastío. En el goce y en el asco de tus barros y tus heces. Hembra de tu hembra en el sol de cada boca y en la oscuridad del ano sagrado. Raíz de tus mil vergas para todos los cielos vaginales. Pezón saboreado en el humus más perfecto del orgasmo polisémico y vegetal.
Sostenedora de tus perras alzadas y tus fuentes inagotables de leches negras. Sabedora de cada rincón de tu orografía circular. Porque todo regresa a mi ombligo de puta alada. Y siempre pagas doble por mis ojos vendados y mis agujeros incondicionales. Hunde tus despojos en mi sexo y clava tu estaca en mi corazón agrietado.
Al oír la música se queda inmóvil como una cierva encantada las amigas le han traído noticias de su amante escucha sin perder detalle pero vuelve a preguntar sueña sin estar dormida y puede decirse que el amor alimentó en ella su más pequeña planta.