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Lo hicimos en la cama alguna vez
a menudo en la mesa
a veces en el agua
en la silla
la plaza
cuando mi madre vino y fuimos de viaje
ni un solo gemido
recuerdo aquel concierto
en que nos masturbamos
(una Pasión de Bach interminable)
pero a menudo pienso
en aquel ascensor de Rockefeler Center
que nunca aprovechamos
Nos desnudamos tanto
hasta perder el sexo
debajo de la cama,
nos desnudamos tanto
que las moscas juraban
que habíamos muerto.
Te desnudé por dentro,
te desquicié tan hondo
que se extravió mi orgasmo.
Nos desnudamos tanto
que olíamos a quemado,
que cien veces la lava
volvió para escondernos.
Vuélcate, estírate, tiéndete, levanta,
éntrate toda entera en mi garganta,
y para siempre vuélame a tus cielos.
Rafael Alberti