Amantes






Desnudas afrentamos el cuerpo
como dos ángeles equivocados,

como dos soles rojos en un bosque oscuro,
como dos vampiros al alzarse el día,

labios que buscan la joya del instante entre dos muslos,

boca que busca la boca,
estatuas erguidas
que en la piedra inventan
el beso
sólo para que un relámpago de sangres juntas
cruce la invencible muerte que nos llama.
De pie como perezosos árboles en el estío,
sentadas como diosas ebrias
para que me abrasen
en el polvo tus dos astros,

tendidas como guerreras de dos patrias que el alba separa,

en tu cuerpo soy el incendio del ser.



Jorge Gaitán Durán




1 comentario:

Antonio dijo...

Para nada equivocados.

Saludos

Antonio