Te doy mi espalda para que tus garras de amante carroñero revuelvan la basura de la vida. Espalda del cielo en la tierra. Espalda del tedio en piel oracular. Y tu saliva hedionda a tristeza chorreando hasta mis nalgas. Y tu risa eyaculatoria. Y los sudores navegables. Le doy la espalda a tus besos oscuros para volverte las tetas donde se redondean tus babas etílicas. Le doy la espalda a tu ternura de arlequín equívoco que quiere rodar hasta el altar de mi culo donde Sodoma será alabada.
Te gusta mi espalda. Y pagas bien por esa piel incondicional que será la playa de tu último naufragio.
Te doy mi espalda para un tatuaje de flores carnívoras que devorarán hasta la última migaja de tu placer.
Te gusta mi espalda. Y pagas bien por esa piel incondicional que será la playa de tu último naufragio.
Te doy mi espalda para un tatuaje de flores carnívoras que devorarán hasta la última migaja de tu placer.
Alas quebradas