duele






Coloco su sexo contra la abertura y dijo tiernamente:
-¿Te duele? No quiero empujar si te hace daño.
Semejante delicadeza conmovió a Viviane.
-Duele un poquito-repuso-, pero inténtalo.
Avanzó solo un centímetro.
-¿Duele?
Se ofreció a retirarse. Viviane tuvo que presionarle:
-Solo la punta, Prueba otra vez.




La punta solo se introdujo dos o tres centímetros y se detuvo.
Viviane tuvo tiempo para sentir su presencia;
el tiempo que no le concedían otros hombres.
Entre cada pequeñísimo avance en su interior,
podía darse cuenta de lo placentera que resultaba la presencia del pene
entre sus suaves paredes de carne, de lo bien que se ajustaba,
ni demasiado prieto, ni demasiado suelto.
El vasco esperó de nuevo y avanzó un poco mas.
Viviane pudo sentir lo bueno que era ser penetrada,
lo bien que le sentaba a la grieta femenina tener algo que sostener y retener.
El placer de sujetar algo allí, de intercambiar calor, de intercambiar dos humedades.


Anaïs Nin



2 comentarios:

Morena dijo...

Ays!!!!!!!!


M.






verificación de palabra: sidspi :)

Danielle dijo...

Ays!!!!!

D

PD:sip?