una flor






Su sexo era como una gigantesca flor de invernadero,
mas ancho que ninguno que había visto el Barón;
con el bello abundante y rizado, negro y lustroso.





Estaba pintándose aquellos labios como si fueran los de una boca,
tan minuciosamente que acabaron pareciendo camelias de color rojo sangre,
abiertas a la fuerza y mostrando el cerrado capullo interior,
el núcleo mas pálido y de piel más suave de la flor.








Anaïs Nin




4 comentarios:

Max dijo...

Anais siempre tan sutíl verdad?
Pintarse los labios vaginales es un acto absolutamente mágico.

Besoss

Danielle dijo...

Muy sutil, aunque a primera vista no lo parezca.
Un beso

Morena dijo...

Nim era sensual hasta el último suspiro. ( a veces provocaba cosas incalificables)


Coincido con Max es sutil hasta el desgarro.


M.

Danielle dijo...

Provocaba, provoca, mucho.
Un beso, Morena

:)